viernes, 17 de enero de 2014

El Castro de las Labradas en Arrabalde

Este yacimiento astur del Siglo I a.C es uno de los más extensos ubicados en la provincia de Zamora.Seguramente fue el último reducto donde la población indígena de la zona se agrupó ante la llegada del ejército romano y tras su conquista fue abandonado. Su singularidad viene dada tanto por lo insólito de sus dimensiones(tiene una superficie de 23 hectáreas) como por lo excepcional de sus 2500 metros de longitud de sus defensas, distribuidas en varias líneas de muralla que rodean dos recintos yuxtapuestos.

Este castro es además conocido por su tesoro:más de 50 objetos de oro y plata entre brazaletes, colgantes, pulseras, collares, pendientes, vasos de plata, fíbulas y adornos para el pelo, que fueron encontrados fortuitamente en el interior de una vasija y que hoy día están conservados en el Museo de Zamora.
Al Alto de las Labradas se accede por un camino que sale de la carretera que va de Arrabalde a Alcubillas de Nogales.Después de ascender unos 2 kms por un camino serpenteante llegareis a su muralla exterior, pues el castro estuvo defendido en uno de sus lados por dos murallas.
 

Hay un itinerario circular establecido para visitar todo el yacimiento, que empieza y termina en la muralla occidental.

El paisaje que encontramos es todo rocoso, algo que fue utilizado por los habitantes del castro como sistema defensivo.
 

En el interior se observan algunos restos de construcciones domésticas como esta casita..

La casa del jefe

El pozo de Negruría, una especie de depósito artificial que recogería las aguas de lluvia desde las laderas cercanas

Y los restos de una ermita dedicada a San Cristóbal.

La más fuerte de las defensas que encontramos en el Castro de las Labradas es la muralla oriental que protegía el lado del poblado más vulnerable y de fácil acceso.Aquí debía existir una puerta por el hueco que hay entre una gran cantidad de piedras.

Además encontrareis pequeñas cuevas como esta que le servirían a los indígenas de escondite..

El dominio romano desde su campamento en Petavonium determinó el abandono definitivo  del poblado.

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