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lunes, 17 de abril de 2017

El conejo del balcón

Me asomé a mi ventana y allí estaba justo en el balcón de enfrente de mi casa; un conejo blanco y marrón dando brincos de un lado a otro.¡Qué gracioso y que gordito está!Será la nueva mascota de mis vecinos-pensé..y entonces me acordé de Rigoberto.



Rigoberto era un conejo blanco que le regalaron a mi padre cuando era pequeña..El no estaba encerrado en una jaula, sino que era libre y vagaba por toda la casa a su aire, si bien, su lugar preferido era el baño..Siempre que lo ibamos a buscar, lo encontrábamos allí..No sé, pero siempre tenía predilección por este sitio..
Comía de todo desde las clásicas zanahorias, hasta lechuga ,cebolla, las hojitas de la remolacha, acelgas..aunque a él lo que más le gustaba eran las plantas de mi madre.Se las comió todas.En poco tiempo se acabaron las macetas de mi casa y después empezó a roer las cortinas, el sofá...
Un día ya no lo volví a ver..Luego me enteré que se lo habían dado a un amigo de mi padre.Pobrecito.Me hubiera gustado tenerlo por más tiempo, pero yo era muy pequeña y no podía decidir..

Si hoy tuviera un conejo, no se me ocurría darselo a otra persona.Lo dejaría conmigo.Los animales nos dejan a todos una profunda huella que difícilmente desaparece. ¿Dónde estará ahora Rigoberto?

miércoles, 29 de abril de 2015

Los dos conejos


El otro día vi unos conejitos marroncitos y negros  muy monos.Os los enseño acompañados de una fábula de Tomás Iriarte..¡Qué lo paseis bien..!


Por entre unas matas,
seguido de perros,

—no diré corría—,

volaba un conejo.


De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?»

«¿Qué ha de ser? —responde—;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo». 

«Sí —replica el otro—,
por allí los veo...;
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos».

«¿Qué? ¿Podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien visto lo tengo».

«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso».
«Son galgos, te digo».
«Digo que podencos».

En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos. 

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo. 

No debemos detenernos en cuestiones frívolas, olvidando el asunto principal

miércoles, 19 de junio de 2013

La Fábula del conejo y la tortuga

Mirad qué conejito más gracioso vi el otro día...

Aprovecho para recordaros esta fábula donde no siempre gana el más rápido...
Un día, un conejo se encontró una tortuga y le dijo:
- Bien tortuga, te propongo algo, haremos una carrera y si me ganas me iré de esta zona y nunca mas volveré, sólo para ver a mi família.
- Trato hecho - contestó la tortuga.
Empezaron los preparativos para la carrera y todo eran nervios. El gran día llegó, y el conejo, convencido de ganar, se paró a descansar durante la carrera y empezó a hablar con otro animalito del bosque.
Mientras tanto, la tortuga no paraba de correr.
Finalmente, fue la tortuga la que ganó la carrera y le dió una buena lección al conejo: "No te confíes nunca".